Muchas personas notan por primera vez la diabetes tipo 2 cuando las cosas cotidianas empiezan a sentirse “raras”: tienes mucha más sed de lo habitual, necesitas orinar con más frecuencia (sobre todo por la noche), te sientes más cansado de lo normal o aparece visión borrosa que va y viene. Otros detectan los primeros signos de diabetes tipo 2 por cortes que cicatrizan lentamente, infecciones más frecuentes (como infecciones de la piel, encías o urinarias), hormigueo o entumecimiento en los pies o las manos, o cambios de peso inesperados. A veces no hay señales claras, y la primera pista es una analítica rutinaria que muestra el azúcar en sangre alto o una A1C por encima del rango diagnóstico.